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Aceite de oliva: el ex libris de la región

Desde aproximadamente 3000 a.C., el olivo ya se cultivaba, sin embargo hay registros históricos de que este precioso aceite ya fue utilizado por los pueblos de Mesopotamia durante unos 6000 años durante el invierno para mantenerse caliente o durante las batallas, ungiéndose con aceite.

Desde Egipto, la antigua Grecia donde el dios Posidón, con un golpe de su tridente, habría hecho un hermoso y fuerte caballo y que la diosa Atenea trajo un olivo capaz de producir aceite para aligerar la noche, calmar el dolor de los heridos y de servir como un alimento precioso, rico en sabor y energía o incluso en la historia que cuentan sobre el origen de la ciudad de Roma, en el que Rómulo y Remo, considerados descendientes de los dioses y fundadores de la ciudad de Roma, habrían visto la luz del día a primera vez bajo las ramas del olivo.

Además de estar presente en todos estos momentos históricos, también jugó un papel muy importante en la religión: Entre Los judíos el aceite tenía una gran importancia en los cultos en cuanto a la ofrenda de sacrificios a Dios, simbolizando el su presencia entre los hombres y en la Biblia, el aceite se usa como símbolo de la presencia del Espíritu Santo (Dios).

¿Sabías que en Portugal, el aceite de oliva fue uno de los primeros productos que se exportaron?

Sí, este producto es de fundamental importancia en nuestra economía y región, ya que el aceite de oliva de Moura tiene un origen protegido y es un aceite de excelente calidad, que ha demostrado ser muy beneficioso para nuestra salud, particularmente para la reducción del colesterol "malo" (LDL) en la sangre.

¿Sabías producir 1lt. de aceite de oliva se necesitan, en promedio, 5 a 6 kg de aceitunas? Y que en Moura tenemos un núcleo museo dedicado a la fabricación de este 'oro líquido'?

En el Lagar de Varas do Fojo, que data de 1810 y permaneció en funcionamiento hasta 1941, podemos encontrar un testimonio fiel producción de aceite de oliva sin el uso de máquinas, antes de la industrialización. Su autenticidad y su estado de conservación hacen del Lagar de Varas do Fojo un ejemplar raro en la Península Ibérica.

¡Esperamos su visita para que pueda degustar de primera mano esta comida tan precisa!